miércoles, agosto 11, 2004

Reflexiones idiotas de viaje I

En sachant que "à" se ressemble juste un petit peu, mais quand même il y a une difference

Ahora Mlle. R se ha convertido en Mlle. RR y las conversaciones se han vuelto mas nasales y guturales, la boca de RR parece que va a escupir el esofago cada vez que pronuncia alguna palabra, mismas que suenan extranjeras a sus oidos pero la mayoria de las ocasiones le recuerdan la hermosa pero terrible sensacion que provoca el saber que se es diferente.
La diferencia para el placer de RR radica tan solo en los acentos de la ortografia de su lengua natal, reconoce su existencia y lo que le provoca su ausencia, unas simples marcas tipograficas la hacen diferente de aquellos otros con los que se encuentra con tan solo abrir la puerta. Dentro esta muy bien, parece que no hubiese diferencia, vuelve a ser Mlle. R, aun mas, tan solo es R. Sin embargo, de golpe esos acentos le recuerdan que el afuera ya no es el mismo y que pronto el adentro tampoco lo sera.
R disfruta recargarse en la silla que da a la ventana del departamento del cuarto piso, lo disfruta porque desde ahi se escuchan las ambulancias y los carros, esos sonidos que no necesitan de una revision ortgrafica ni fonologica, ruidos que no perturban su sensacion de pertenencia, su aculturacion, su olvido de saber que los "ahi" se acentuan en la "i" para evitar confusiones en la experiencia oral, llamada conversacion, con el verbo "hay".
Maldice los acentos sin emabargo, los maldice cada vez que los llama y ellos la ignoran. Pero, los ama, estan siempre ahi aunque ella lo olvide, los ama cuando los mira en fotografias y ellos le reponden con ojillos tristes, los cuales le dicen que el ser diferente es una bendicion de la cual pocos gozan. Y es que, ser diferente a ratos funciona como huida, ellos le susurran. Es un escape perfecto, de esos en los que los trazos, las huellas y los errores parecen ausentes. Por fin R encontro que no haya coartada mas perfecta que poder acentuar todas las vocales.