domingo, febrero 20, 2011

Siente el viento como si fueran las cinco de la mañana
como cuando sembramos narcisos
tan blancos como el destino
tan pálidos como el tiempo proscrito

deja el abrigo sobre la cama
no te hará falta, nunca hace falta

el frío de madrugada se sentirá tibio
porque proviene del horizonte marítimo
que se observa desde las líneas de tu palma

aquellas que recorres con dos dedos ciegos
perdidos en las ruinas de la concha de la caracola
en pedazos como el tiempo
en espejos rotos como el futuro no dicho

martes, febrero 15, 2011

Autocitando: Aforismos de insomnio o lo que es lo mismo, cuando uno está más cerca de la inconsciencia

Admite tu locura, es la única forma de encontrar la sanidad mental.

Tengo un sólo principio, cada uno de mis principios está muy cerca de su final.

No creo que existan los ángeles, porque cada vez que creo ver uno tomar el vuelo, sufro de vértigo
.

Entre morir ahogada y morir de amor, prefiero lo primero, al menos esto es una cursilería menos sofocante.

Sólo me interesa la locura

Me rehuso a permanecer cuerda, no me interesa ser menos de lo que puedo ofrecer, quiero romper el viento, atravesar la luna, despedazar el tiempo, arrancarme la camisa de fuerza y que me declaren enferma mental. Y sólo me interesan aquellos dementes que no son capaces de comprenderme.

lunes, febrero 14, 2011

Culpar al tiempo, al clima o a la humedad
cuando la paloma desiste, se esconde y carcome la herida
cuando el cielo se retrae, se incendia y la lluvia ya no refresca
o a la tierra seca, sin posibilidades de renacimiento
culpar al otro
culpar aquello
culpar lo ajeno
culpar siendo ciego

viernes, febrero 11, 2011

Moscas de buenas costumbres

Está bien, está bien
dígame, ¿cuántas cucharadas de azúcar?
¿cuatro? ¿y la diabetes? ¿ya está curado?
le pongo cinco si quiere, pero
si cae muerto sobre la mesa
no más le pido de favor, que no sea con los codos en ella
ni con la boca abierta
ya sabe, es de mala educación, y aquí hasta las moscas respetan
Es como el tablero de ajedrez, mueves tres piezas
y tienes un JaqueMate, se comen a tus peones
uno a uno, dejan descubierta a tu reina y van tras él
en una maldita cacería.

aprietas el reloj y han pasado casi cuatro meses
en un tiempo que se te desvanece como la sombra

y el silencio, y el sudor, y la movida perfecta
como si existiera, como si creyeras en ella

pero en realidad sólo le sabes a las damas chinas
y eso a penas, lo demás es un acto de guerra
instintivo, sin estrategias ni cálculos mecanografiados
el rey ha muerto, hace siglos

le cortaron la cabeza

lunes, febrero 07, 2011

El otro día alguien me dijo que fuera yo misma, ¿cómo ser yo misma, cuando no logro distinguir en dónde termino yo y en dónde empiezan los muchos otros?

Sobre cómo ahorrar agua o cómo ser uno mismo

Estoy más que despierta, bastante consciente de la gota de agua que cae puntualmente en la cubeta de agua a punto de vaciarse sobre el mosaico del baño. Se dice que así pasa cuando uno se mira desde adentro, el tronar resuena sin eventualidades a su debido tiempo, si faltas, sin fallas; y uno espera que se calme, que deje de repiquetear en la ezquizofrenia, paranoia que cada uno carga, pero...nada. El golpe tras la caída persiste hasta que la cubeta de ideas se derrama, y uno cree liberarse, hasta que el goteo empieza de nuevo y así, interminablemente, hasta que uno deje de ser uno mismo.

sábado, febrero 05, 2011

Recuerdo cómo la despedida se aniquiló a sí misma
Cómo con el beso en la mejilla
Nos cortaste el aliento
Al subir al autobús me amarraste el llanto
Y el dolor se encerró solo, sin sistema dictatorial,
En la garganta,
Las lágrimas atravesadas con tranca, y la llave
En la maleta que cargabas con la derecha

Después, pude llorar sin importancia
Como cuando de prisión se es eximido
Sin comprender la libertad ni por ella dar ni un
Cigarro, mucho menos una moneda

Hoy he vuelto a soltar tres lágrimas
Desde la ventana escucho que regresas
Traes en la izquierda, sin carta de sentencia,
un puñado de tierra,
Con él quieres enterrar el revólver
La única prueba del suicidio de aquella despedida
envuelta en tristeza
Pero me gastaste el llanto

Quedé vacía como sombra sin piernas
Lo que ves ahora, lo que soy, los ojos frente a ti
Es la versión perfecta, la primigenia, sigue esperando
Que de una vez por todas y por fin, ya vuelvas


Viel Temperley
(Buenos Aires, 1933-1987)


No siempre

No siempre
que la casa duerme,
duermo.

A veces, en la noche,
soy como un trompetista
con los ojos abiertos.

Pero eso sí,
cada vez que llueve,
yo lluevo.