Tal vez, pero la soledad es la eterna e inevitable compañera. Sí se extraña su mirada de foca, su espalda tras mi boca, su brazo desprendido, nuestro amor desprotegido. Se extraña el sentirme sola contigo. Lástima, es cierto, ni él me siameliza, pero eso sí, siempre tú me despolvoreas como brisa en reposo e insaciada de razones comprendidas.
Pronto estaremos gozándonos de nuevo mi amor.
Pronto estaremos gozándonos de nuevo mi amor.
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