lunes, noviembre 05, 2007

Aprendiendo de Clarice


"A través de sus grandes defectos --que un día tal vez pudiera mencionar sin vanagloriarse-- es como había llegado ahora a poder amar. Hasta aquella glorificación: ella amaba a la Nada. La conciencia de su permamente caída humana la llevaba al amor de la Nada. Y aquellas caídas --como las de Cristo que varias veces cayó por el peso de la cruz--, y aquellas caídas eran las que comenzaban a hacer su vida. Tal vez fuesen sus 'a pesar de' [...] llenos de angustia y desentendimiento de sí misma , la estuviesen llevando a construir poco a poco una vida." (Lispector, 25).

"[...] Había aprendido el coraje de tener fe --mucho coraje--, ¿fe en qué? En la propia fe, pues la fe puede ser un gran susto, puede significar caer en el abismo." (Lispector, 31)

Lispector, Clarice. Aprendizaje o el libro de los placeres, Madrid: Siruela, 2006.
Foto: Retrato de Clementina Maude (1862). 88 x 108mm. South Kensington: Victoria & Albert Museum.

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