domingo, marzo 23, 2008

Porque ante el puñal y el espanto...la poesía y el sueño


Poesía del Tibet

El mundo tal como se ve desde otro ángulo
Jukälsang

Me arrojó hasta aquí la cresta
De la marea de la historia
El vientre de la Diabla Azul
Es my bajo y extremadamente duro
Cuando hundí en él la punta de mi dedo belicioso
Sólo emitió unos cuantos gruñidos
Al caer su falda de sombras
Vi un mandala de sangre y lo llamé sol
Allá adelante los amigos, vendedores de pócimas
envenenadas,
lanzan a lo lejos su lengua-lazo untada de miel
Derramamos leche en nuestras bocas
Pero la queremos en el pecho
Apoyamos la cabeza en la mano
Y pateamos con las piernas
Cuando la suerte nos alcanza
Mientras más alto trepan mis pies por la torre
Más ata el espanto mis manos
La fuerza de la costumbre
Nos permite mantenernos en la posición del loto sobre las
briznas de hierba
La experiencia
Nos permite sonreír al maestro de los cementerios
Mi rostro sonríe --sin embargo, ¿no hay como un pequeño
dolor en mi fuero interno?
¿O algo de agua en el rabillo de mis ojos cerrados?
A veces incluso
Se escucha a los dioses masticar cadáveres en la noche
Y de día vemos a los demonios meditar sobre la compasión,
Los escuchaba bien y en cierta aria de su hermoso canto
Una nota me cortó la lengua de raíz
Al mirar bien su hermoso rostro
Un lápiz traspasó mis pupilas

Y otros día, de nuevo
Cuando las sustancias rojas volvieron a mi corazón
Y las sustancias blancas se volcaron hacia abajo
¡Lástima! La conciencia no deja huella
Este corazón fue traspasado por un puñal
Este cuerpo tiembla de espanto
¡Vamos! ¡Váyanse! ¡Váyanse, pues!
Todas mis sensaciones serán transformadas
Y luego
Mírenlos, cómo apoyan sus cabezas en la almohada de
interminables cuentos de hadas
Adormecidos en ese sueño profundo
¡Cuánto bienestar físico y espiritual!

Fuente bibliográfica:
Revista Líneas de Fuga, vol. 21, México: Casa Refugio Citlaltépetl, 2006, 90-1.


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