jueves, noviembre 11, 2004

Recomendaciones para un fin de semana

Fue mi cumpleaños, y la gracia de esos días es que todas las decisiones las tomas tú, para tu beneficio, y nadie, nadie tiene el más mínimo derecho a hacer la más mínima objeción ni siquiera sobre el más mínimo detalle. Por supuesto, ese día "ojos" me preguntó lo que desaba hacer por la tarde, mi cumpleaños cayó en martes, lo cual limitaba un tanto mis opciones de divertimento, de manera que decidí ir simplemente a apoltronarme frente a una gran pantalla de cine.
Al llegar frente a la taquilla, ignoraba qué películas se presentaban ese día y no iba decidida a avalanzarme por boletos para una presentación en particular, a decir verdad, empiezo a conocer la poca variedad que existe en estos cines dónde las palomitas de maíz tienen sabor a caramelo y empiezo a volverme apática y conformista al respecto (al respecto de las películas y de las palomitas), así que pensé: "lo que haya está bien".
Al llegar a la taquilla, recordé que estúpidamente había dejado sobre la mesa de mi micro,intento de comedor mi credencial de estudiante y sin la cual no puedo por supuesto acceder al maravilloso beneficio del descuento de dos Euros cincuenta centavos. Mientras mi foto de top model se reía de mí, le guiñaba el ojo a los ojos de "ojos": él también había olvidado la suya. Pero, la sobrevivencia de la idea del caballero y la dama salvó mi bolsillo de gastar más de lo incluido en el presupuesto mensual: el novio amablemente se ofrecìó a pagar el boleto de la novia. Aunque después de reflexionarlo, era su deber, repito: ese día era mi cumpleaños.
Al llegar a la sala, fue imposible encontrar un lugar juntos dado que después de haber estado haciendo fila, buscando las credenciales, rogando para obtener el mentado descuento, se nos había hecho tarde. Nos sentamos en filas diferentes, lo cual de cierta manera no importa si es que se va aver la película, pero cuando también se va a recargarse cómodamente en el hombro de algún otro entonces sí es un problema.
Finalmente empezó: Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Cinta que a pesar de lo que parezca al ver sus pancartas publicitarias, asegura ser muy buena. Jima Carrey se muestra como unn actor más maduro, qué digo, se muestra como un actor. La trama es original, los efectos son precisos, la direccìón de cámara perfecta.
Cinta recomendada para aquellos que aún confían en las segundas oportunidades, no es la segunda que se le da a Jim Carrey, pero ahora tal vez me ha convencido de ir a ver su próxima cinta.

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